Independencia de Italia

La indepencia de Italia se llevó a cabo el 17 Marzo 1861 (Kingdom of Italy proclaimed; Italy was not finally unified until 1870)

Para la mayoría de los países, esta variable da la fecha en que se obtuvo la soberanía y de qué nación, imperio, o administración fiduciaria se la obtuvo. Para los demás países, la fecha indicada no representa necesariamente la "independencia" en el sentido estricto, sino más bien algún evento importante de la nación, como la fecha de fundación, fecha de unificación, federación, confederación, creación, cambio fundamental en la forma de gobierno, o la sucesión de estado. Zonas dependientes incluyen la leyenda "ninguno", seguida por la naturaleza de su dependencia. Véase también la nota en Terminología.

Historia

El nacimiento de Italia como estado se remontaría a la caída del famoso Imperio Romano, con la proclamación de Odoacro, como el rey de la misma, su historia se encuentra íntimamente relacionada a desarrollo de las sociedades de la zona mediterránea, influenciando la cultura, teniendo sus orígenes en la prehistoria, por la cantidad de descubrimientos arqueológicos realizados en la sus regiones.

Luego de su formación como estado el desarrollo del arte y la filosofía comienza a gestarse con la era medieval, llegando a su máxima expresión en el “Renacimiento”, dejando un legado para la humanidad hasta la actualidad y sus influencias que alcanzan a todo el mundo.

Italia se encontraba dividida en estados o Repúblicas (siglos XIV-XVI), teniendo su eje en Roma, definiéndose por ejemplo los Estados Pontificios al norte, así como el Reino de Nápoles al sur, representando un eje de importancia fundamental para toda Europa, todas las potencias de la misma, tenían o buscaban tener intereses en sus distintos estados, llevándola a atravesar por distintas guerras en el transcurso de su historia desde el siglo XVI al XVIII.

Pero más adelante también vivió en conflictos que la llevaron a su unificación en 1861, a través un brote de nacionalismo, formando el Reino de Italia, con la fusión de los estados de la península y las Dos Sicilias, con la intervención de Víctor Manuel II, (rey de Cerdeña).

Pero se le atribuye la unificación al ministro en jefe del Rey, el Conde Camillo Benso di Cavour, pero dicha unificación no se completó definitivamente hasta el 20 de septiembre de 1870, cuando Roma se une finalmente, ya que hasta ese momento se encontraba en poder del Papa, transformándose en la capital del Reino, conteniendo a un enclave independiente, “El Vaticano”, a la que se sumó con las mismas características “San Marino”.

En la primera Guerra Mundial durante la dictadura de Mussolini, se alió con la Alemania Nazi y Japón, lo que terminó desfavorablemente para el país, en la Segunda Guerra Mundial.

Su sistema de gobierno se estableció en 1946, se transformó en Republicano, dejando atrás a la monarquía, generando así una nueva constitución el 1 de enero de 1948, formando parte de la Unión Europea en carácter de miembro fundador, junto con seis países más, en 1957 a través de los Tratados de Roma.

¿Se cree que los italianos fueron buenos soldados?

Cuando se habla del soldado italiano, entre los encuestados, este no despierta excesivo entusiasmo. Siempre se habla de los alemanes, japoneses o incluso los soldados soviéticos, como los más valerosos de los principales ejércitos de la contienda. Es por esto que quiero hacer partícipe al foro de un punto de vista diferente.

Manuel Filiberto de Saboya, general de los ejércitos imperiales que venció en San Quintín al ejército francés.

¿Que paso después de la derrota?

Caporetto en 1917, luego la derrota en 1943 han marcado la mala reputación del ejército italiano. Sin embargo esto no es del todo cierto, puesto que grandes guerreros han salido de la Bota, desde la Edad Media al siglo XX.

La historia antigua no es sujeto de nuestro foro, pero a nadie se le escapa que los “italianos” (solo podemos hablar con propiedad política, no cultural, a partir de la Unificación en 1861) han nutrido a distintos ejércitos: los marinos venecianos y genoveses en las cruzadas, los ballesteros genoveses en Crécy en 1364, los Condottieri de inicio de Renacimiento, las tropas italianas que se ilustraron en San Quintín a las órdenes del Imperio, soldados italianos que lucharon en los Tercios de Su Católica Majestad y sobre todo en la lucha por la independencia en el S.XIX.

Que afrontaron los italianos después de la Independencia 

Con la independencia de Italia el espíritu guerrero se apacigua poco a poco. Los italianos afrontan, con otro espíritu, en 1915 la prueba de la Primera Guerra Mundial. “En Italia, no hay un país agredido, no hay Alsacia-Lorena que recuperar - explica el general André Bach, especialista en la Gran Guerra – la diplomacia italiana negoció la participación del país en el bando que más le prometió, es decir, la Triple-Entente anglo-franco-rusa”. Poco motivados, superados por unos austriacos aguerridos por varios meses de campaña, tratados brutalmente por un cuerpo de oficiales que tenía derecho a las ejecuciones sumarias, los combatientes italianos tampoco pueden contar con una industria que es demasiado débil para procurarles la artillería pesada que necesitan. No obstante el ejército del general Luigi Cardona ataca once veces en el frente del Isonzo hasta septiembre de 1917, con unas pérdidas de 300.000 muertos sin avances de importancia. Pero el ejército no se quiebra “Sufrido, resistente, el soldado de base se conforma con poco, anota André Bach, frente a los montañeses de Tirol, las tropas de montaña, especialmente los Alpini, demuestran habilidad, adaptabilidad y agresividad” y todo esto bajo unas condiciones dantescas: las avalanchas provocan 60.000 muertos ellas solas.